Virgen de la Piedra de Combarbalá

Las niñas de piedra: una tradición espiritual del territorio

Proyecto Supay Wasi

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Por Patricio Barría. En: Cuadernos Supay Wasi #5 (ISSN 0719–9600)

En el siguiente texto analizaremos tres casos de historias y prácticas, en Elqui, Limarí y Aconcagua, en torno a cierto tipo de niñas, las cuales en un momento de la historia –según los relatos orales– abandonaron sus cuerpos humanos para convertirse en roca, un proceso de litificación, que desde nuestro punto de vista es parte central de la espiritualidad local de los Valles Transversales del Norte Chico y Valle de Aconcagua en Chile.

Estas piedras-niñas son marcadores importantes del paisaje, tanto por su ubicación y su tamaño como por sus formas sugerentes, que dan cuenta de lo que habita en ella y ,creemos que, en cierto sentido, conectan la espiritualidad local-actual con su herencia prehispánica.

Este texto es un pequeño avance de un estudio mayor sobre descolonización de la historia, el folclor y la espiritualidad local llevado a cabo en el Proyecto Supay Wasi, un movimiento de los recuerdos. Los materiales sobre los que nos basamos para el presente texto son, principalmente, relatos orales y observaciones etnográficas, así como fuentes escritas de prensa local y otras como recopilaciones de leyendas.

La Piedra Mona de Chañar Blanco (Paihuano)

Hasta hace un poco más de dos décadas existía una de estas niñas petrificadas, en la localidad de Chañar Blanco, comuna de Paihuano, Valle de Elqui:

“Dicen que en esta zona vivían una madre con su hija pero la niña era llevada a sus ideas y no hacía caso a la madre, un día la madre mandó a la niña a comprar y esta no quizo…le gritó a la madre y la madre le levantó la mano para pegarle…la niña salió corriendo al cerro, y como en esos tiempos los indios hacían mucho pacto con el diablo, y manejaban la magia negra, la madre maldijo a la niña y la convirtió en la Piedra Mona de Chañar Blanco…”

Entre los diferentes sucesos que mostraban la vida humana de la roca está la aparición de una coloración roja de manera cíclica:

“En esa roca dice que se convirtió la niña por la maldición que su madre le tiró…todos los meses la roca se ponía roja y dicen que era por la menstruación de la niña”

También se cuenta que esta roca tenía cierta virtud de dar buena suerte o conceder favores a quienes se lo solicitaban.

La Piedra de la Mona se encontraba junto al camino que conducía hacia el interior del valle hasta 1996, aquel año como parte de la pavimentación de la ruta, la piedra fue destruída (si alguien posee alguna fotografía de la roca haga el favor de compartirla):

“En Paihuano se contaba siempre la historia de esa piedra hasta que la destruyeron cuando fue la pavimentación…como que de ahí nadie más habló del tema”

La Piedra de la Santa de Llay-Llay

Cerca de la ciudad de Llay-Llay –ubicada apenas a 87 kilómetros de Santiago, la capital de Chile– existe una niña de piedra, que a diferencia de lo ocurrido en el Valle de Elqui, está en pie actualmente, y no solo eso, también forma parte de ciertas prácticas espirituales muy populares en la actualidad.

“Se dice que había una niña que vivía en Llay-Llay con su madrastra y su padre trabajaba fuera. Tenia unos 7 o 6 años y le tocaba trabajar duramente cuidando las cabras y otras labores de su casa. La madrastra trataba muy mal a la pobrecita y la castigaba mucho…ella se refugiaba en el cerro…un día que estaba muy afligida por lo que pasaba la mandaron a buscar leña al cerro y ahí se puso a rezarle a su mamá que ya no quería volver nunca más a la casa de su madrasta y que quería estar con ella para siempre…entonces fue que se convirtió en piedra…cuando la fueron a buscar encontraron una piedra con la forma de la niña y supieron lo que había pasado…desde ese momento los lugareños empezaron a ir a la piedra a prenderle velas y a hacerle mandas, se dice que es muy milagrosa y cumplidora.”

El producto de la actividad de espiritual de pedidos y ofrendas a esta niña de roca, se manifiesta en la actualidad en el fervor religioso de la comunidad de Llay-Llay con la Piedra de la Santa. Hay numerosas personas que realizan sus mandas periódicamente y además esta roca sagrada posee su propio baile chino: el Baile Chino Piedra Santa de la Comuna de Llay-Llay. Este baile esta inserto dentro de la tradición de los bailes chinos del Valle de Aconcagua. Los bailes chinos, como ya se ha dicho repetidamente:

“Son cofradías de músicos danzantes que expresan la tradición espiritual de los Valles Transversales de Chile.
Se ha planteado que sus antecedentes están en las culturas prehispánicas de Aconcagua y el Norte Chico de Chile.
Uno de los elementos que más se han destacado sobre estas expresiones, entre los investigadores, ha sido la música y su peculiar sonido, denominado el “sonido rajado”, que emparenta esta tradición local con un amplio horizonte andino de expresión ritual desde tiempos prehispánicos.
Actualmente y desde tiempos coloniales, esta tradición se inscribe dentro del catolicismo popular e integra tanto las tradiciones coloniales católicas como las locales.
La flauta china, el instrumento característico de estas cofradías, está compuesto por dos tubos de madera o de caña, embutidos y con una medida adecuada que permite la ejecución correcta del sonido rajado.”

(Boletín Mamakochandes #1)

En el siguiente link pueden ver una entrevista realizada al alférez del Baile Chino Piedra Santa, donde el narra la historia y motivación de su cofradía:

Una historia o leyenda local, que se extiende a partir de esta historia original, es la de un hombre que intentó destruir esta roca y producto de ello, como castigo por esa mala intención, sus hijos nacieron sordos y mudos. Esto daría cuenta de la capacidad defensiva de aquel territorio y del papel de guardiana de la Piedra Santa.

El año 2018 hubo gran revuelo en la comunidad de Llay-Llay, se corrió la noticia de que el cerro donde se emplaza la Piedra Santa había sido vendido a un particular y el propietario tenía la intención de plantar paltos en aquel lugar por lo tanto el cerro sería destruido y la Piedra Santa igualmente. Tal oscuro destino para aquel cerro tenía mucho fundamento, ya que en la zona los mono-cultivos industriales de palta cubren cerros enteros en aquel sector del Valle de Aconcagua y para implantar tales cultivos se debe destruir todo lo existente, así como la vegetación nativa y las rocas de gran tamaño son dinamitadas para dar todo el lugar a las plantaciones.

Rayado protesta en Llay Llay. Fuente: Diario El Día https://diarioaldia.cl/inicio/2018/10/29/el-dolor-de-cabeza-que-ronda-en-llay-llay/

Si bien, la razón más esgrimida durante esta movilización fue la lucha contra la depredación del agua por el mono-cultivo, también se manifestó como una de las razones fundamentales para los pobladores, la lucha por la protección de la Piedra Santa y lo que esta significa como símbolo de Llay-Llay y como lugar de fe y peregrinación.

Cartel Piedra Santa. Fuente: Llay Llay Comunicaciones
Peregrinos en la Piedra Santa. Fuente: Comunicaciones Llay Llay

La Virgen de la Piedra Blanca de Combarlalá

Llegamos al tercer caso que analizaremos en esta oportunidad, La Virgen de la Piedra Blanca, la más popular de las niñas de piedra de todos los territorios en cuestión y cuya adoración concita la adhesión de varios miles de fieles el día de su fiesta.

La fiesta es esta niña-virgen-piedra se realiza anualmente el primer domingo de mayo, en la localidad de La Isla en el Valle de Cogotí, Provincia de Limarí, Región de Coquimbo, lugar donde se emplaza esta maravilla. Suelen llegar aproximadamente entre 7.000 y 20.000 en los últimos años para esta festividad, en una localidad en la que viven regularmente unas 200 personas.

La historia de esta niña o doncella de piedra es más intrincada que las anteriores, producto de la magnitud de la celebración y de su institucionalización como festividad de la Iglesia Católica, aunque sin embargo esta fiesta fue prohibida al principio por la iglesia como veremos más adelante.

En publicaciones oficiales se menciona que esta celebración tuvo su origen en la década del 1930, cuando un lugareño “encontró” la virgen convertida en roca:

Los orígenes de la fiesta se remontan hacia el año 1930, cuando se descubrió en la localidad de La Isla una roca que se identifica con la imagen de la Virgen, la que se encuentra en la parte alta de un cerro del sector. En los inicios, hubo dificultad de parte de la Iglesia de Combarbalá en aceptar la devoción, pero con el transcurso del tiempo la devoción fue aceptada y atendida espiritual y pastoralmente.”

(Fuente: Francisco Mesa Jerez Diácono en Tránsito Parroquia de Combarbalá)

Sin embargo testimonios de antiguos habitantes y promeseros cuentan que esta tradición es mucho más antigua y que antes era solo una tradición de algunos lugareños. Sobre todo hay una versión bastante difundida en la memoria oral local, que no aparece en las versiones oficiales, ya que es una historia que cuadra mucho menos con la ortodoxia católica que la simple historia de un humilde y ferviente campesino que vio a la Virgen María manifestada en piedra:

“ …Se dice que lo que pasó fue que a una joven le prohibieron casarse con un campesino, entonces la niña se arrancó de su casa y se escondió entre los peñascos, entre las piedras…entonces la mamá le lanzó una maldición y le dijo: ahh como a ti te gusta esconderte entre las piedras entonces piedra serás y en el acto se convirtió en piedra.”

Tenemos otra versión muy similar a esta que ha sido publicada en la revista Combarbalá:

“Según cuenta la leyenda una joven lugareña se fugó de su casa al no tener la aprobación de su madre para contraer matrimonio con un joven agricultor. En su escape llegó a refugiarse en la pared de piedra ubicada en la Isla, su madre la maldijo y ella se convirtió en roca sólida. Tiempo más tarde vecinos del sector descubrieron el lugar y se convirtió con los años en centro de peregrinaje y milagros atribuidos a la imagen.”

A partir de la década del 30 lo que sucede es la relación que se otorga a la joven de piedra con la Virgen María, cuando un grupo de feligreses católicos de la familia Castillo, al mando de Gabino Mateo Castillo, re-descubrieron esta imagen como Virgen María, dando un nuevo impulso a la historia de la niña de piedra, esta vez como una Virgen María. En un principio la relación de la iglesia católica y el culto a la Virgen de la Piedra fue conflictivo:

“Cuentan que el Párroco de aquellos años, P. Pedro Muranda, constatando la creciente fe de los parroquianos en esta imagen, un día, se dirige al lugar, con la intención de dinamitarla; pero, en el camino, el caballo se espanta, lo lanza al suelo y se fractura una pierna. Este hecho es considerado por los lugareños como un castigo divino.”

(Blog Diaguita Ovallino)

Esta y otras acciones por parte de la iglesia para censurar el culto a la piedra terminaron teniendo el efecto contrario pues concitó la atracción de mayor cantidad de fieles que con el paso del tiempo llegaban de los diferentes territorios del Norte Chico de Chile y del Valle de Aconcagua. Con el tiempo la iglesia cambió su perspectiva y estrategia pastoral con respecto a esta tradición y decidió integrarla en su estructura para de ese modo controlar, hasta donde fuera posible, la evangelización del territorio, sobre todo en vistas a que la fiesta era lo suficiente importante como para que la iglesia corra el riesgo de perder puntos en el campo de la espiritualidad popular local.

Discusión

Como vimos en esta revisión, las tres historias contienen relevantes puntos en común, el más obvio la litificación, la conversión de una niña o joven en piedra. El segundo punto es la capacidad o poder de esa roca-persona para otorgar favores a los humanos que se acercan a ella para solicitárselos, como parte de una manda. Después vemos una diferencia entre la tradición de Aconcagua con las otras dos de Elqui y Limarí, mientras en la primera, la conversión de la niña en piedra se debe a un rezo o petición de la misma niña, en los otros dos casos se debe a una maldición de la madre.

Nos parece oportuno mencionar que en el caso de Elqui, la historia parece tener un rumbo moralizador hacia cierto tema, en el sentido de que las versiones de la historia indican una transgresión por parte de la niña hacia la autoridad materna. Como castigo la madre convierte a la niña en roca. Mientras tanto en el caso de Virgen de la Piedra de Combarbalá, la joven es castigada por desacatar la decisión de su madre de no consentir su matrimonio. Nuevamente una transgresión a la autoridad materna ocasiona que la niña sea maldecida por su madre y transformada en roca.

Al contrario de las narraciones anteriores, en Aconcagua, la transgresión aparece realizada por la madrastra de la niña, quien la maltrata sicológica y físicamente y la conversión de la niña en piedra es parte de una acción de salvación por parte de su madre verdadera. Por lo tanto se constituye como una denuncia al abuso de la autoridad materna, hacia una manera ilegítima de ser madre.

Otro punto que queremos traer en esta discusión es la manera tradicional de entablar relación con estas entidades. En algunas zonas de los Andes y especialmente en el territorio chileno se utiliza el termino manda para hacer referencia a un voto o promesa hecha a la virgen, un santo, o a Dios pero ––más allá del significado hegemónico y desde la perspectiva de los lugareños– también se utiliza para realizar pactos o promesas con diferentes entidades poderosas que habitan el territorio como diablos, ánimas, cruces de los cerros, ancestros-cerros y como en estos casos: rocas vivas. Entonces hablar de manda es referirse a una categoría que sobrepasa ampliamente la definición eclesiástica y su deseo de orden pastoral. Una manda consiste básicamente en una relación de intercambio, un trato o pacto con algún específico ser, el cual tiene la potencia para cambiar la realidad de la persona solicitante del favor, mejorar su salud, mejorar su situación económica y familiar, en otros casos. A las posibilidades anteriormente mencionadas se suman, por ejemplo, la capacidad de poner a raya a los enemigos, entregar poder y riqueza u otorgar cualquier don. Los pagos que el solicitante debe hacer son acorde al pedido solicitado y al gusto y la usanza de la entidad y/o la tradición y al talante del solicitante, su fe, sus inclinaciones personales. Pueden ir desde prender una vela en el altar de la entidad hasta entregar el alma propia o de terceros ( en el caso del diablo u otros espíritus “poco católicos”), formar parte de una cofradía de baile religioso, etc. Este tipo de relacionalidad denominada manda, es principalmente, según lo visto en el campo, un pacto individual, que no precisa necesariamente la existencia de intermediarios humanos como sacerdotes u otros especialistas ceremoniantes, ya que una manda suele ser un secreto íntimo entre el promesante y la entidad con la cual se intercambia, aunque sea una petición a la Virgen de Andacollo, rodeada de decenas de miles de fieles, muchas veces ni la familia más cercana conoce los términos del pacto-promesa.

Palabras finales

Hemos presentado, muy resumidamente, tres casos que forman parte de un estudio mayor de espiritualidad popular y descolonización en los territorios del Norte Chico y Valle de Aconcagua (Chile). Hay otras niñas de piedra en estos territorios y sospechamos que era una tradición relativamente masificada y parte de una herencia prehispánica. A pesar de lo dicho es solo un primer acercamiento a estas temáticas poco comunes, por lo tanto queda mucho por discutir y por conocer.

En este contexto reivindicamos la práctica de la manda, como una manera legítima en este territorio para entablar relaciones con estas entidades, práctica que con todos sus matices, particularidades y transformaciones históricas, es transmitida al interior de las familias, de generación en generación, y posee la virtud de no ser ninguna recreación étnico-arqueológica, ni una espiritualidad new age ni una ritualidad montada como parte de algún paquete turístico.

Consideramos fundamental tener en cuenta la razón por la cual el pueblo profundo y la tradición local apela a estas prácticas. Su porqué, además de formar parte de la historia y tradición, principalmente es su eficacia comprobada. Se hace porque funciona.

Inscripción “Tenga fe en lo natural” a la entrada del santuario de la Virgen de la Piedra de Combarbalá. Foto: Hitourbano https://www.flickr.com/photos/hitourbano/4895417704/in/photostream/

Agradecimientos: Agradecemos a Malte por el envío de entrevistas realizadas por él sobre la Piedra de la Santa en Llay-Llay, en el contexto de la movilización socioambiental del 2008.

Referencias e información complementaria sobre la temática

Diario El Día. https://diarioaldia.cl/inicio/2018/10/29/el-dolor-de-cabeza-que-ronda-en-llay-llay/

Redacción Supay Wasi. “Baile Chico Adoratorio Cerro Mercachas: 10 años de resistencia espiritual en Aconcagua”. En: Boletín Mamakochandes #1, Señor Litre Editor, Ciudad de Vicuña.

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